El don-de jugar es siempre un tema de debate,
aunque las preocupaciones pueden variar según las
edades...
De chicos el don es grande pero el dónde se limita a
los lugares que nos dejan los padres;
de grandes, en cambio, ya aprendimos dónde jugar
pero perdimos la capacidad de jugar con cualquier
cosa, de hacer de los botones un ejército que batalla
o con ramas el precario pero insondable refugio de los
amigos del barrio.
Pero también hay momentos, edades intermedias,
profesiones recurrentes, pasatiempos catárticos, que
nos permiten mantenernos con un pie en la infancia
y otro en la madurez (sea lo que eso sea); y entonces,
despacito, lo que empieza en un cuadradito de papel
se despliega en un montón de ideas...
2 comentarios:
Tratando de jugar, o de seguir jugando, en este mundo que no ríe ni juega y se ha puesto hosco y feo, diré que a veces me asaltan irrealidades inquietantes. Tomo este recinto sagrado para mí, tal como si fuese un buen blanco inspirador ex nihilo. Prometo que un día juego en serio que es un contrasentido no menos inquietante. El día menos pensado se alza con su dedo puntiagudo y su mano amenazante como si fuese a venir. Yo sé que vendrá. Y vendrá de mi mano, bajo mi auspicio, cuando me encuentre suficientemente cansado de tener que ser una pieza concatenada y armoniosa que gira centrífugamente. Un día torceré el destino de aquel giro para que se invierta su poder atractivo y torne centrípeto. Yo sé que puedo, no se se si debo. Un día destos canto como cantara Ortega y Gasset sobre el alma erguida y la proa visionaria desde donde se podría otear a Dios y espetar «Dios.. ala vista!» Es que Dios está siempre a la vista. Bien hicieron los ciegos voluntarios para no ver. Bien los intellectuales medievales para sobrepasar la ratio. Bien yo por mirar qué cosa extrardinaria hay detrás de ciertos ojos y cuantas palabras hay detras de algunos silencios. Yo no sé ys si animo o hago lo contrario. A veces pienso que hago pensar. Tal vez no haga nada de eso y haga reir. De todos modos algunos filósofos sacralizaron tanto el poder de la risa. Yo que ya casi no río y transito un poco famélico de amor, declaro bajo fe de creimiento que un dia de estos juego los porotos del truco de la vida con una pasmosa serenidad. Bueno, como se ve he venido con una carga explosiva de imperfectos pensamientos. Por suerte existen otros mundos que no estan afuera sino dentro mismo de uno mismo. Gracias por dejarme un espacio para saber don-de jugar,yo que dejé de jugar... mañana tal vez empiece a amar! o conocéis otra manera de vivir?
Está bueno el nuevo diseño. Tiene más vida, mejor combinación de colores. Además es un cambio y, como sabemos, todo cambio trae esperanzas renovadores, sobre todo si esas esperanzas están muy ligadas a nuestros afectos más queridos. También está bueno que haya cosas que permanezcan en el cambio, para que no se vayan demasiado lejos.
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