Carta al recién llegado

Debo confesar que yo también fui víctima de las dudas y la desconfianza típicas de los que vivimos nuestra cotidianeidad en un mundo plagado de derroteros y maniobras exquisitas de asalto.
Pero si acepté mudarme a esta isla fue porque tengo la esperanza aun plena de convertirme en parte de este paisaje que da una mano al alma para que no pierda su fuerza.
Por eso la invitación es siempre a través de aquellos que ya han visitado este lugar. Sé que somos muchos los que pensamos que otro mundo es posible. Sólo hace falta que nos conozcamos.
El Bosque de Ciales es el primer paso para desatar los nudos de la escritura, pero también los de las ideas, la comprensión y la ayuda mutua. La puerta está abierta. Espero tu llegada.

Saluda Atentamente,
El Visitante